Este soy yo

Hijo de padres desconocidos, pero sabido de que uno de ellos debía ser de raza pastor belga, me dispongo a no ser un desconocido para vosotros. Y por ello, quiero compartir mis vivencias para que otros perrunos como yo puedan vivir grandes experiencias junto a sus familias humanas. Estáis invitados a conocerme.

martes, 14 de junio de 2011

El comienzo de mi historia...

Conocí a la que ahora es mi actual familia justamente en el mismo edificio en el que ahora vivo hace ya un poco más de 5 años. Yo tenía unos 10 meses, aproximadamente, y de repente me vi dentro de un edificio, estuve toda la tarde desorientado, de planta en planta, la verdad es que no sabía que hacía allí.
Una de las veces que me encontraba en la 4ª planta, vi salir a una mujer y a un hombre del ascensor, rondaban más o menos los 30 años e iban cargados de bolsas, nevera, y una caña de pescar. Ella me preguntó que qué hacía allí, me sorprendió porque fue la primera persona que se dirigía a mi en toda la tarde. Le parecí simpático, con una de mis orejas dobladas, y le dijo al hombre que había que averiguar quien era mi familia. Fuimos a algunos pisos a preguntar, y todos le decían que yo llevaba toda la tarde en el edificio. Entonces salimos a la calle, ellos querían encontrar a mi familia, pero yo por más vueltas que daba no conseguía orientarme, para mi era todo muy confuso...
Al final volvimos al edificio, y me invitaron a entrar en la que ahora es mi casa. Esa noche dormí allí, cerquita de la puerta, aunque ellos me pusieron una manta en el salón. Eran muy amables conmigo, pero yo quería volver al lugar del que venía.
Al día siguiente un chico agradable vino a casa y me llevó en una furgoneta a un lugar donde había muchos más perrunos, todos estaban en unas habitaciones encerrados y había un fuerte olor a lejía. Era un lugar frío y no me apetecía quedarme en ese lugar. Unas personas me estuvieron examinando, y me pasaron un aparato por el cuello, dijeron que no tenía microchip. Pasé esa noche en aquel lugar y al día siguiente, cual fue mi sorpresa al ver de nuevo aquella mujer que había encontrado al lado del ascensor. Me miraba con dulzura y se le veía contenta de volver a verme. Me montó en su coche, llevaba la ventanilla un poco bajada y sentí como el aire me daba en mi hocico y como iba percibiendo diferentes olores, ¡qué sensación tan agradable!, no quería que aquel viaje terminase, me sentía tan a gusto... 
Lo que no sabía en aquel momento es que mi vida iba a estar cargada de apasionantes aventuras con aquella familia viajera, mi familia.