Este soy yo

Hijo de padres desconocidos, pero sabido de que uno de ellos debía ser de raza pastor belga, me dispongo a no ser un desconocido para vosotros. Y por ello, quiero compartir mis vivencias para que otros perrunos como yo puedan vivir grandes experiencias junto a sus familias humanas. Estáis invitados a conocerme.

miércoles, 27 de julio de 2011

De ruta por Asturias Parte IV. La Senda del Alba.


Hoy nos hemos levantado a las 10, y es que después de la Senda del Oso de ayer, no era para menos. Tras un buen desayuno donde pillé un par de salchichas nos fuimos a Rioseco donde se encuentra una oficina de información turística donde nos atendieron estupendamente y nos hablaron de las maravillas de las Senda del Alba y otras rutas menores y donde comer.
La Senda del Alba parte de Soto de Agues, aldea PRECIOSA, a la que llegamos desde el desvío que encontramos en el mismo pueblo de Rioseco. Tras pasear por sus calles para contemplar la arquitectura rural y su entorno montañoso y de frondoso bosque, nos fuimos a comer al Restaurante  El Fresnu.

Allí, como después haríamos la ruta, mi familia humana aprovecho para beberse un par de “sidriñas”, y es que como nos dijeron el primer día en Moreda “la sidriña se sube a la cabeza”. Comimos muy bien con una tabla de quesos, unos huevos fritos con patatas, menú de ensalada y picadillo de jabalí, postre casero de mus de fresa y arroz con leche, más un par de cafés, todo por 30,70€ (el menú cuesta 8€).
La Senda del Alba es muy similar en cuanto al tipo de superficie “asfaltada” que la Senda del Oso, aunque está mucho mejor conservada. Mide un total de 7 km con un desnivel del 4,6%, con lo que podríamos venir a tardar de 4 a 5 horas.

Es totalmente accesible para perrillos y humanos con discapacidad.
Para los de nuestra raza la senda es superior, pues puedes ir suelto, al estar poco transitada, y al ir paralela al río, te puedes estar bañando cada dos por tres, más beber todas las veces que quieras del montón de fuentes, del río o de los charcos de agua que hay de las emanaciones que salen de las piedras cercanas al camino.

El paisaje es bellísimo dado que discurre por un pequeño desfiladero, con el río siempre al lado y con altas montañas siempre verdes llenas de nogales, avellanos y espinares, donde nos topamos con 4 cabras montesas (no pudes decirles nada ya que estaban haciendo “la cabra” en unos riscos lejanos que “pa haberse matao”).

No hicimos la ruta completa, pues la Senda del Oso nos pasó factura y hoy queríamos estar pronto en casa. En total hicimos 6 km, aunque yo haría unos 7 u 8 km., pues iba corriendo parra allá, viniendo para acá…
Total, que aquí estoy en la casa tumbado cual largo soy.

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